La implementación de la factura electrónica en España se ha convertido en un tema prioritario dentro del marco normativo empresarial. La Ley 18/2022, también conocida como "Crea y Crece", establece la obligatoriedad del uso de la factura electrónica en las transacciones entre empresas y autónomos.
El proceso de implementación se llevará a cabo en diferentes fases. Para las empresas con una facturación anual superior a 8 millones de euros, la obligación entrará en vigor en el plazo de un año desde la publicación del reglamento técnico definitivo. Para el resto de empresas y autónomos, el plazo será de dos años tras la publicación del reglamento.
A pesar de los plazos establecidos, el nivel de preparación varía considerablemente. Mientras que grandes empresas ya han adoptado sistemas de facturación digital, muchas pymes y autónomos aún desconocen cómo adaptarse a este cambio.
La perspectiva del sector
Diversas empresas especializadas en software de gestión han analizado el impacto de esta normativa. De acuerdo con Cegid, la factura electrónica no solo es una obligación legal, sino que representa una oportunidad para mejorar la eficiencia y reducir errores en la gestión contable.
Por otro lado, Holded señala que muchas pequeñas empresas aún no están listas para este cambio, lo que podría generar dificultades operativas en los primeros meses de implementación. Según sus estimaciones, una gran parte de los negocios todavía utilizan métodos manuales o facturación en papel, lo que supone un desafío en términos de formación y adaptación tecnológica.
Desde la perspectiva de Sage, esta transición es una gran oportunidad para modernizar la administración empresarial. Sin embargo, advierten que la falta de conocimiento sobre la normativa podría generar sanciones a aquellas empresas que no cumplan con los plazos establecidos.
Beneficios y desafíos para empresas y autónomos
La implementación de la factura electrónica traerá consigo múltiples beneficios para empresas y autónomos, entre ellos una mayor eficiencia al reducir los tiempos en la emisión, recepción y almacenamiento de facturas, un mejor control financiero que facilita la gestión de ingresos y gastos, la reducción de errores gracias a la automatización de procesos contables para minimizar fallos humanos y un mejor cumplimiento fiscal al facilitar la supervisión y auditoría por parte de la Agencia Tributaria.
No obstante, también presenta importantes desafíos, como la adaptación tecnológica que implica la inversión en software especializado y la capacitación del personal, los costes iniciales que algunas empresas deberán asumir para implementar nuevas herramientas digitales y la falta de información, ya que muchos autónomos y pymes aún desconocen los detalles de la normativa, lo que podría generar problemas de cumplimiento.
La factura electrónica no solo supone un cambio normativo, sino un paso hacia la digitalización total de la gestión empresarial en España. A largo plazo, este sistema permitirá una mayor transparencia en las transacciones y mejorará la competitividad de las empresas.
Sin embargo, la clave del éxito radica en la preparación. La inversión en tecnología y la formación serán fundamentales para que empresas y autónomos puedan adaptarse sin dificultades y aprovechar las ventajas de esta transformación digital.