Con la llegada del verano, muchas empresas adaptan su horario a jornada intensiva como un gesto de conciliación. Según el estudio The Good Digital Company de Candee, la consultora de talento digital, el 81% del talento digital prioriza la flexibilidad horaria a la hora de elegir un proyecto, y un 43% menciona la conciliación como factor decisivo para cambiar de empleo.
Aun así, la mayoría de las compañías siguen aplicando la jornada intensiva como una reducción de horario más, sin vincularlo a su propuesta de valor ni a su cultura corporativa.
La jornada intensiva ya es una realidad en más del 50% de las organizaciones españolas. A pesar de ello, su relevancia se minimiza cuando no se integra adecuadamente en el relato cultural de la empresa ni se comunica de forma coherente.
“Es un beneficio altamente valorado por el talento, pero pierde fuerza si se aplica sin explicar lo que representa”, asegura Marta Sánchez, CEO de Candee.
Las empresas que dicen priorizar el bienestar o la eficiencia, pero no explican el porqué de sus políticas, pierden credibilidad y atractivo en sus procesos de selección.
La jornada intensiva como una ventaja competitiva en las compañías
Los beneficios laborales no deberían ser simples añadidos, sino expresiones tangibles de la cultura corporativa, tal y como afirma Candee.
En este sentido, la jornada intensiva puede convertirse en un imán para el talento si se gestiona adecuadamente, presentándola no solo como un horario reducido sino como una apuesta por el equilibrio, la eficiencia y la autonomía, aspectos que generan un mayor engagement y compromiso con los trabajadores.
“Cuidar el talento no es una cuestión de employer branding, sino que tiene un efecto directo en la eficiencia y sostenibilidad del negocio. La jornada intensiva, bien comunicada, puede ser una herramienta clave de la fidelización”, afirma Marta Sánchez.
Convertir la cultura en la mejor carta de presentación
Un gran caso de éxito es el de la compañía VIKO. En el Digital Business Factory, la jornada intensiva de verano se aplica no como una medida aislada, sino como parte de una cultura organizativa coherente y centrada en las personas. Forma parte de una filosofía que prioriza la eficiencia y el bienestar como pilares de un rendimiento sostenible.
En VIKO, los beneficios no se utilizan como elementos decorativos, sino como herramientas que refuerzan de forma coherente la cultura organizativa.
Esta alineación entre lo que la empresa dice y lo que realmente hace permite construir relaciones laborales más sólidas y auténticas, algo especialmente valorado por el talento digital, que prioriza la coherencia y la credibilidad frente a los mensajes vacíos o promocionales.