La movilidad internacional de los trabajadores sigue siendo un elemento clave para las empresas que operan en entornos globales. Sin embargo, trasladarse con menores a cargo sigue siendo uno de los mayores retos para las familias. Así lo muestra el último análisis realizado por EMS - Employee Mobility Solutions, empresa especializada en la movilidad internacional de capital humano, que revela que la principal preocupación de los progenitores ante una reubicación laboral en otro país es el impacto emocional y educativo en los menores, seguido por la dificultad de mantener el equilibrio profesional y personal de todo el núcleo familiar.
Trasladarse al extranjero por motivos profesionales no es únicamente una oportunidad de progreso laboral, sino que tiene consecuencias en la estructura y la estabilidad laboral. Por eso, cada vez más profesionales valoran el contexto educativo, sanitario y social del país de destino antes de aceptar una asignación internacional, priorizando el bienestar emocional de los menores a su cargo.
El panorama de la movilidad profesional con menores a cargo
Los destinos europeos como Francia, Alemania o Reino Unido continúan siendo los preferidos por las familias españolas debido a su estabilidad económica, la calidad de sus sistemas educativos y la cercanía con España. Pero el informe de EMS también señala un cambio de mentalidad: más allá de la oportunidad laboral, las familias dan cada vez más importancia a las implicaciones emocionales y logísticas del traslado, buscando un equilibrio que preserve la cohesión familiar y el bienestar de todos sus miembros.
En sentido inverso, España se consolida como destino familiar para profesionales movilizados, registrando un incremento del 23,1% en las autorizaciones de residencia en 2024, datos recientes proporcionados por el INE (Instituto Nacional de Estadísticas), así como por el OPI (Observatorio Permanente de la Inmigración de la Secretaría de Estado de Migraciones). Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana concentran más de la mitad de las nuevas llegadas, con un aumento destacado de nacionales de Ucrania, Marruecos y Venezuela.
El reto emocional detrás de cada traslado familiar
Según el informe de EMS, entre las dificultades más comunes que señalan los profesionales movilizados internacionalmente con sus familias, destacan la búsqueda de colegio, la adaptación cultural, las diferencias en el idioma y los sistemas educativos, así como la pérdida de las redes de apoyo de sus países de origen.
A nivel emocional, los progenitores expresan inquietud por la capacidad de integración de sus hijos y sentirse aceptados en su entorno. Además, los cambios de idioma, el sistema educativo o el posible retraso en el reconocimiento futuro de los estudios también generan incertidumbre en las familias.
Pero el impacto no se limita solo a los menores. En muchos casos, el traslado implica que el cónyuge o pareja debe abandonar o cambiar su carrera profesional, lo que puede suponer una pérdida de independencia económica o desarrollo personal. Una situación que influye en muchas ocasiones a la hora de que las familias rechacen o pospongan un traslado internacional, junto con la preocupación por la continuidad educativa de los menores, o la atención de sus necesidades méridas o terapéuticas.
Asimismo, en familias con padres separados, las cuestiones legales vinculadas a la tenencia y a la autorización de viaje de los menores, pueden dificultar o incluso impedir una reubicación, añadiendo un componente jurídico y emocional adicional.
Acompañamiento y preparación para el traslado familiar
El informe de EMS subraya la importancia de preparar emocionalmente a los menores y anticipar los desafíos educativos y logísticos antes de la mudanza. La planificación temprana y el acompañamiento profesional son factores decisivos para que la transición resulte positiva.
“Un traslado internacional exitoso depende tanto de la logística como del bienestar emocional de la familia”, explica Ana Gazarian, CEO de EMS - Employee Mobility Solutions. “El acompañamiento adecuado permite que los niños comprendan lo que está ocurriendo, se sientan parte del proceso y transformen la experiencia en una oportunidad de crecimiento, no en una fuente de ansiedad”.
Contar con el apoyo de especialistas en aspectos como la orientación escolar, la búsqueda de vivienda o los programas de adaptación cultural, ayuda a reducir el impacto del cambio y mejorar la integración en destino. Este tipo de asistencia, cada vez más valorada por las empresas, facilita no solo el desempeño profesional del empleado, sino también en la tramitación de permisos y visados y la integración y el bienestar del conjunto familiar, garantizando una adaptación más fluida en el nuevo entorno.
A pesar de los retos, el traslado a otro país puede suponer una ventaja educativa y personal significativa. La exposición a otras culturas fomenta la tolerancia, la empatía y la flexibilidad, mientras que el aprendizaje de otros idiomas amplía sus oportunidades académicas y profesionales a futuro.
“Cuando las familias se sienten acompañadas, el traslado deja de ser una ruptura para convertirse en una oportunidad de ampliar horizontes”, añade Gazarian. “La movilidad internacional sigue siendo una oportunidad relevante en el desarrollo profesional pero, en el caso de trabajadores con menores a su cargo, solo tendrá éxito cuando se aborde desde una visión integral del grupo familiar. Preparar, acompañar y cuidar los aspectos emocionales y educativos son clave para que el cambio no se viva como una pérdida, sino como una etapa de crecimiento compartido”.

