Persona conduciendo un automóvil en una carretera despejada al atardecer.

Estos son los transportes más sostenibles para un viaje de negocios

BizAway explica cuáles son algunos de los medios de transportes más sostenibles para realizar los viajes de negocios

El cuidado del medio ambiente es un factor cada vez más importante a la hora de decidir las actividades que realizamos y los viajes de negocios no son la excepción. 

Prueba de ello es el informe realizado por la Global Business Travel Association (GBTA)  que explica que una parte significativa de los viajeros de negocios están cada vez más abiertos a la idea de elegir un medio de transporte sostenible.

Algunos de los datos que recoge este informe es que el 54% de los viajeros de negocios españoles estarían dispuestos a alquilar un coche más pequeño y de menor consumo.  Además, el 84% de los alemanes podría tomar el transporte público de forma más frecuente.

Las diferentes opciones

BizAwayscale up especializada en la gestión de Business Travel y la primera a nivel mundial certificada con el sello B Corp,  explica cuáles son los transportes más sostenibles para tener en cuenta en un viaje de negocios:

  1. Autobuses y tranvías eléctricos.  Es una opción perfecta para moverse por la ciudad de forma sostenible. Con emisiones casi nulas y una capacidad considerable para transportar pasajeros, es una de las opciones favoritas de los viajeros y es ideal para viajes de negocios que se llevan a cabo en áreas urbanas.
  2. Tren. Es una opción muy sostenible, especialmente en regiones con una infraestructura ferroviaria eficiente. Los trenes eléctricos son preferibles, ya que tienen una huella de carbono significativamente menor que los vuelos o los automóviles.
  3. Coches eléctricos.  Son la alternativa perfecta para viajes de negocios cuando no se puede evitar el uso de transporte privado. Emiten cero gases de efecto invernadero  durante su uso y son cada vez más accessibles.
  4. Carpooling o compartir coche.  Si no es posible utilizar un coche eléctrico y el transporte público no es una opción viable, una de las posibilidades medioambientalmente responsable es compartir coche. De este modo, se logra reducir la cantidad de coches en la carretera y, por tanto, disminuir las emisiones totales de CO₂ por pasajero. Cada vez hay más aplicaciones de carpooling como Blablacar, Amovens o Hoop Carpool.

El avión no es una de las opciones más responsables desde el punto medioambiental. No obstante, se pueden llevar a cabo medidas compensatorias como la compra de créditos de carbono específicamente para vuelos, apoyando la investigación y el desarrollo de combustibles de aviación sostenibles u optando por aerolíneas comprometidas con la reducción de la huella de carbono. 

En ocasiones, las prisas del viaje pueden hacer perder el foco en el impacto del medioambiente. Es por ello que es importante contar con un servicio de transbordo eléctrico. Desde BizAway ofrecen el servicio de Limolane, un chófer exclusivo con el que garantizar la conectividad o traslados.

Además de elegir los medios de transporte más sostenibles, es fundamental implementar estrategias para compensar la huella de carbono generada. BizAway es la primera plataforma que ha integrado un sistema automático de compensación de CO₂,  gracias a una calculadora desarrollada en colaboración con el Lufthansa Innovation Hub (LIH)  para cuantificar las emisiones de los viajes de negocios. 

“Siempre hemos estado muy sensibilizados con el tema de la sostenibilidad, así que con esta nueva característica podemos dar una ayuda concreta al planeta con una contribución mínima”, explica su Luca Carlucci, CEO de la compañía.

Gracias a la calculadora automática de CO₂, los usuarios son informados del impacto medioambiental que conlleva cada reserva, ya sea de vuelo, hotel, tren o coche. Durante el proceso de reserva, se indica la cantidad de CO₂ que produce ese viaje en concreto.

Además, los avanzados algoritmos de cálculo indican también la cantidad de dinero necesaria para compensar la contaminación producida.

Esto significa que, gracias a una donación voluntaria de unos pocos céntimos para la plantación de manglares, es posible ayudar al planeta mientras viajamos por negocios.